El cinismo de la izquierda abertzale (Ingemar)

 

El pasado viernes, 11 de marzo, se celebró un pleno extraordinario donde se trató una moción presentada por el comité de empresa de Ingemar y que fue aprobada por unanimidad. A continuación el alcalde participó en una manifestación junto con los trabajadores de Ingemar en solidaridad con la dramática situación que están viviendo.

Lo que no se ha hecho público es que este mismo alcalde, la víspera, jueves 10 de marzo, en la comisión de personal del ayuntamiento hizo una encendida defensa de la nueva valoración de puestos de trabajo municipales y del incremento salarial que ello supondría; que según el Interventor Municipal, presente en la reunión, supondría un incremento medio de entre un 4% y un 5%.

Nuestra primera crítica, compartida por Aralar, PNV y ELA, es que esta valoración se ha realizado con un secretismo a no poder más. Se ha negado toda información, pedida oralmente y por escrito.

Nuestra segunda crítica es que el gobierno municipal, representantes de los ciudadanos que pagamos impuestos, ha delegado su presencia en los trabajadores. La parte de los trabajadores ha estado representada y defendida por trabajadores municipales y, la parte que debía defender los intereses del ayuntamiento ha estado representada y defendida por trabajadores municipales. Trabajadores, que por supuesto, también eran parte interesada.

El alcalde, con el argumento de que querían una valoración lo más objetiva posible, ha abandonado la defensa de los intereses de la institución, del ayuntamiento, en definitiva, de los intereses de los usurbildarras que pagan los salarios.

La comisión sirvió, además, para visualizar un enorme enfrentamiento entre los propios trabajadores, entre los dos sindicatos representados, que deja a las claras que la valoración ha sido un fracaso en términos políticos.

Un tercer desacuerdo la basamos en que se pretende realizar una revisión de la valoración cada año. Es decir; todos los años discutiendo sobre si a mí se me tiene que pagar más o menos que mi compañero porque hago más o menos tareas. No podemos permitir que el ayuntamiento se convierta en una jaula de grillos permanente.

El cuarto razonamiento, surgió en el desarrollo mismo de la comisión, y que nos dejó estupefactos: el propio alcalde no tenía la certeza de cuánto iba a costarle a los usurbildarras el resultado de la valoración. Es un irresponsable. Eso sí, vehementemente afirmó que fuese la cantidad que fuese el ayuntamiento estaba en situación de abordarla, de pagarla. Tuvo que intervenir el Interventor Municipal para indicar que la valoración iba a suponer sólo un incremento en gastos de personal de entre un 4% y un 5%.

Evidentemente, ante esta situación y tras más de hora y media de debate, Aralar y PNV se sumaron a Hamaikabat para impedir que este despropósito fuese aprobado.

Y al día siguiente, nuestro alcalde, con sus compañeros de gobierno, compungidos ante la situación de los trabajadores de Ingemar, sin aportar soluciones. Eso sí, presente en la manifestación.