De conciertos y cupos
El ataque que se ha iniciado al concierto Económico a través de la campaña puesta en marcha desde España para exigir un incremento en las aportaciones de los vascos a la “caja común” ni son inocentes ni son justas.
Para los ciudadanos que viven en el Territorio de Régimen Común, el que no es foral, resulta difícil entender (en base a la visión general de lo que es España allí existente) que alaveses, bizkainos, gipuzkoanos y navarros, no compartan con ellos ni normativa fiscal, ni administración tributaria.
Dicho de otro modo. Les sorprende que los vascos paguen sus impuestos en otra administración que no sea la Agencia Tributaria. Les sorprende mucho más que la normativa fiscal sea dictada por otros parlamentos diferentes al suyo. Pero les sorprende ya en sobremanera que los presupuestos de las administraciones vascas peninsulares no dependan de otros fondos, ni de otras decisiones, que los de los propios de los vascos peninsulares.
Eso puede dar lugar a un razonamiento, muy español, de pensar que si es así es porque eso les beneficia. Su razonamiento se basa en que nadie querría arriesgarse a depender de sí mismo si no es porque así saca algún beneficio (económico). Y claro está, si ellos (los vascos) ganan con este sistema, es porque otros pierden, que son, según el criterio más lógico (para ellos) el resto de los españoles.
La conclusión es evidente, que dejen de quedarse con el dinero del resto de los españoles, con los que se “sobre-financian”, y que pongan su dinero en la “caja común” para que ese dinero vaya a los que realmente se lo merecen, es decir a ellos. Porque , “ya esta bien de que les demos dinero”.
No se dan cuenta de que ese mismo razonamiento lo podrían aplicar con respecto a Francia, Alemania, Austria o Dinamarca. Porque en relación con los aspectos tributarios y financieros, la Hacienda de Navarra, por ejemplo, es para el Estado español algo muy parecido (por no decir igual) a lo que es la Hacienda de Alemania.
¡Qué vergüenza!, podrían exclamar indignados. Los alemanes tienen más gasto público per cápita que los españoles, y además su normativa fiscal no la decide el Parlamento español. ¡Que repartan el diferencial hasta que españoles y alemanes tengan el mismo dinero disponible!
Puede parecer duro de asimilar para los españoles, pero la queja en relación con las diferencias entre el Territorio de Régimen Común y los Territorios forales es similar a esa hipotética queja por la diferente situación de España y cualquier otro país de Europa.
Y también parece necesaria una comparación “por abajo”. ¿Por qué hay ayuntamientos que tienen menos recursos que otros? Acaso eso no es una “injusticia” y una “insolidaridad”. Que se ponga en una “caja común” y que luego se reparta entre todos.
La soberanía conservada
La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales.
La actualización general de dicho régimen foral se llevará a cabo, en su caso, en el marco de la Constitución y de los Estatutos de Autonomía.
Esta es la Disposición Adicional Primera de la Constitución española vigente, y es, para los vascos, el elemento más importante de la misma.
Lo que viene a decir es que los vascos peninsulares tenemos, una serie de derechos previos a la propia constitución y que estos son amparados por la misma.
Nuestro régimen foral, es nuestra auténtica estructura constitucional. Una estructura política propia y soberana que nos fue robada por la fuerza de las armas a lo largo de las Guerras Carlistas y que, 100 años después de la ultima de estás, encuentra un cierto acomodo en una constitución. Un acomodo que no es ni el que nos corresponde, ni el que queremos, pero que ayuda a que podamos continuar existiendo como Pueblo.
Nuestros derechos históricos como vascos, son los que los miembros de nuestra nación decidieron y ejercieron a lo largo de siglos como ellos consideraron más conveniente. Ni son privilegios, ni son concesiones. Son derechos. Los que nuestros mayores se otorgaron a sí mismos a lo largo de siglos creando un corpus legal único y extraordinario, que fue capaz de soportar todo, menos el feroz centralismo de unos liberales cegados por el deseo de conseguir el poder.
Son muchos nuestros derechos históricos y van desde no tener que cumplir ningún servicio militar obligatorio, a decidir si tenemos, o no, aduanas. De todos ellos uno de los más importantes es, sin duda, el de tener sistemas tributarios y haciendas propias.
Dicho de otra manera. Los vascos peninsulares pagamos nuestros impuestos a nuestras instituciones, en función de nuestras propias normativas tributarias y con esos recursos (los nuestros) determinamos nuestras prioridades de gasto e inversión. Así lo ha sido desde siempre y así debe seguir siendo.
Cuáles son las características generales del Concierto y del Convenio
Es importante tener claras cuales son las características que definen la Ley de Concierto (Comunidad Autónoma del País Vasco) y Convenio (Comunidad Foral de Navarra):
Es un régimen pactado. Las decisiones fundamentales se adoptan en comisiones de composición paritaria de representantes de la CAPV (Concierto) o de la CFN (Convenio) y del Estado y los resultados de la negociación se aprueban en leyes respecto de las que el Parlamento español no puede modificar el contenido previamente pactado.
Es un régimen histórico. El Convenio se aprobó por primera vez en 1877 y el Concierto en 1878 como forma de integrar a los territorios vascos en el sistema económico estatal.
Es constitucional. La Disposición Adicional Primera de la Constitución española de 1978 declara que la Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales, siendo el Concierto la manifestación más genuina de dichos derechos históricos.
Es solidario. El Concierto y el Convenio aseguran que los vascos peninsulares contribuyan a los gastos comunes en proporción a su riqueza. Además contribuye a financiar el Fondo de Compensación Interterritorial, que es el instrumento previsto en la Constitución española destinado a reducir las diferencias entre las distintas Comunidades Autónomas.
Es un régimen de responsabilidad o riesgo unilateral. Los vascos de la CAPV y CFN debe contribuir a los gastos comunes con independencia de la situación de sus finanzas, ya que las cantidades que se aporta (el Cupo o la Aportación ) solo se calculan con variables que dependen de la exclusiva voluntad de la administración del Estado. Además, la aportación de esos recursos no garantizan que ninguna parte de los mismos reviertan en inversiones o gastos en los territorios vascos.
El Cupo ¿Somos insolidarios?
Se define como Cupo (Aportación en el caso de Navarra) a la cantidad que se debe pagar al Estado para la financiación de las competencias que no han sido asumidas por las instituciones vascas de manera efectiva.
¿Contribuir de esta manera nos hace insolidarios?
La respuesta es sencilla: NO. Los vascos colaboramos con los gastos que nos corresponden en el Reino de España con ese espíritu espléndido que tan propio de nuestra forma de ser.
Navarra CAPV
Porcentaje de la población: 1,37% 4,68%
Porcentaje del PIB: 1,69% 6,07%
Aportación al Estado: 1,60% 6,24%
Entonces ¿por qué disponemos de más recursos?
Básicamente, porque la presión fiscal efectiva es superior. Las haciendas forales recaudan más y mejor. Tanto por un mayor compromiso de los contribuyentes, como por la existencia de unos sistemas de recaudación y de control más eficaces.
Podríamos hablar de insolidaridad en otros aspectos. Pongamos un ejemplo. En el periodo 2000-2006 la comunidad Autónoma de Andalucía recibió más de 11.951 millones de euros de los Fondos Estructurales europeos. La CAPV recibió en ese mismo periodo poco más de 995 millones. Sin comentarios.
Si los españoles quieren que los vascos paguen más, la solución seria sencilla. Que paguen más ellos. Que disminuyan la economía sumergida, el fraude y que aumenten la eficacia de su maquinaria de recaudación. Eso haría que los Presupuestos Generales del Estado fuesen mayores y que, por lo tanto, las aportaciones vascas también lo fueran.
Pero claro para los políticos que lanzan esas diatribas, eso no tiene “gracia”. Lo interesante es que otros paguen y ellos gasten
Ahogarnos para rendirnos
Esa es la clave de todo lo que está pasando en estos días. En España se resiste a que no sea Una, Grande y Libre. Se resiste a que todos no “seamos iguales”. Olvidando que el principio de la igualdad ante la Ley no es otro que el de tratar de iguales a los iguales y de desiguales a los desiguales.
Y los vascos, así de claro, somos diferentes a los restos de súbditos del Reino de España, Lo somos ahora y lo hemos sido siempre. Eso molesta y molesta mucho. Curiosamente esa insatisfacción no se convierte en un intento de tener lo mismo, sino de que los demás, es decir los vascos, lo dejen de tener. Puede que no les guste que los vascos sean “mayores de edad”, mientras que ellos siguen recibiendo “la paga” del “papa estado”. Pero como no quieren arriesgarse, no aceptan asumir responsabilidades, lo que quieren es que no haya nadie que deje en evidencia sus incapacidades.
Por eso hay una campaña encaminada a ahogar nuestras finanzas. Como no pueden acabar con el Concierto y el Convenio sin “tocar” la Constitución, la solución que se les ha ocurrido es incrementar el Cupo y la Aportación, para hacer que paguemos tanto que nuestro sistema se vuelva inviable.
De esa forma, creen ellos, cederemos y entraremos, por fin, en el “concierto general de la nación española” y nuestros derechos históricos dejarán de existir.
Si bien es cierto que eso es algo que desearían conseguir en cualquier caso, lo es también que el éxito de nuestro sistema hace que esa proyecto les parezca aun más perentorio.
No hay que menospreciar el peso en todo esta campaña de la “envidia por le éxito del sistema foral”. Tenemos la impresión de que esperaban que esta crisis económica nos debilitara hasta el punto de hacer inviable este sistema. Lo mismo que, estamos seguros, cedieron a nuestras demandas de recuperación del Concierto Económico, convencidos de que no íbamos a ser capaces de salir de la crisis económica en la que nos había metido el franquismo . De forma que eso del “autogobierno fiscal” iba a acabar pronto por causa de la inanición.
La Soberanía desconocida
El principal problema que tenemos los vascos peninsulares con respecto este sistema de financiación que establece y regula las relaciones tributarias y financieras entre los territorios forales y el Estado español es que casi nadie saber qué es, en qué se basa y cómo funciona.
Puede ser grave que lo desconozcan los españoles, sus periodistas, sus gobernantes o sus tertulianos. Desconocer esta realidad podría evitar que entendieran que acabar, o vaciar, el Concierto y el Convenio, viene a ser lo mismo que romper la última unión que une al Reino de España con los Vascos peninsulares. Durante casi 2 siglos se han empeñado en ir destruyendo los puentes que hicieron a los vascos de este lado de los Pirineos aliados de la Corona. Ya no queda más. Puede que sus esfuerzos, largos y continuados, consigan simplemente dejarnos fuera de esa realidad política a la que llaman España. Cosa que, muy sinceramente, muchos vascos (la mayoría) les agradeceríamos.
Pero el problema real está en que lo desconoce la Sociedad vasca. No queremos poner en duda que los políticos lo conocen, aunque las declaraciones de algunos de ellos pueden dar la impresión contraria. Por otra parte, está claro que los periodistas y tertulianos vascos mejor harían en muchos casos en acudir a un curso de formación de Convenio o de Concierto. Aunque tenemos la impresión que de eso no hay mucho.
El problema mayor viene del desconocimiento sobre este esencial asunto que tiene la Sociedad en general. Es muy difícil defender lo que se desconoce y es muy difícil dar importancia a lo que no se conoce. Las instituciones vascas deberían mantener una campaña permanente de difusión y explicación de lo que es y de la importancia que tiene El Concierto y el Convenio. Los ciudadanos vascos deberían tener unos conocimientos básicos, desde la escuela, de su importancia. Además habría que ofrecer a los periodistas (vascos y no vascos), la oportunidad de recibir una formación adecuada para poder entenderlos y poder así explicar qué son y para qué sirven.
Texto procedente de: www.aboutbasquecountry.eus
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